La casa asesina

Historia basada en hechos reales

Ya no puedo con la culpa. Me consume por completo. Lo que comenzó con buenas intenciones término en tragedia. La situación estaba bajo control, o eso pensamos.  He dejado viudo a mi padre y la muerte de mi madre está en mis manos.

Mi familia nunca fue rica. Somos una familia grande, tengo cinco hermanos. Hacer plata les costaba a mis padres. Demasiadas bocas que alimentar. Nos mudábamos a menudo en búsqueda de mejores oportunidades.

Siempre fue un sueño nuestro, de mi hermano Roy y mío. Queríamos cómprale una casa propia a nuestros padres, en agradecimiento por todo lo que han hecho por nosotros. Cumplimos nuestro sueño pero jamás nos imaginamos que terminaría así.

Roy es mi socio. Tuvimos un proyecto que resulto bastante exitoso. Blanca Nieves y los siete enanos nos permitió tener el dinero suficiente para llevar a cabo nuestro brillante plan. Nuestro padres ya habían envejecido, vivían lejos de nosotros y solos. Los queríamos cerca  para poder gozar de ellos.

El recuerdo de esa llamada me atormentara por el resto de mi vida. Era una mañana de Noviembre, ya no faltaba nada para Navidad. El año es 1939. Fue la empleada quien los encontró. Entro a la casa y lo supo de inmediato. Lo olió. Se comenzó a sentir mareada. Se tapó la nariz con un trapo. Reaccionó rápido pero no lo suficiente.

Corrió hacia mis padres y sacó sus cuerpos de la casa.  De alguna manera logró arrastrarlos hacia el jardín. ¿Cómo lo hizo? No lo sé. No me pregunto eso. ¿Por qué no pudo haber llegado antes? Los humos del gas toxico mortal, carbono dióxido habían invadido la casa por completo.

Mi padre, Elias, ya estaba enfermo pero eventualmente y milagrosamente, logro recuperarse. Mi madre Flora no tuvo tal suerte. Murió asfixiada.

Escribo mis pensamientos sobre este papel porque lo que siento no lo puedo compartir con nadie. Necesito desahogarme. Mis hermanos dicen que no fue mi culpa pero yo sé que si lo fue. No puedo ni mirarlos a los ojos. ¿Con que cara? Fui yo el de la idea.

Mi madre nos había escrito varias cartas, a Roy, a mí e incluso a mi hermana Ruth. La casa le encantaba pero sentía que algo no andaba bien con el horno de gas. Mandamos a chicos del estudio para que se encargaran del problema. No contamos con que fueran novatos. No nos aseguramos de que sabían lo que hacían. Ese fue mi error.

Muchos me preguntan por mi dolor pero lo demuestro a mi manera. El mensaje está en mis películas. Mi trauma está presente en todas. Bambi. Dumbo. Pinnocho. Cenicienta. No hay madres. Los personajes son o huérfanos, separados de sus madres o sus madres son asesinadas.

Mi madre murió a los 70 años. Vivió tan solo un mes en la casa que le compre. Quedará por siempre grabado en lo más profundo de mi ser que yo la mate. Yo Walt Disney soy un asesino.